Adonis Giorgi, docente de la Universidad Nacional de Luján (UNLu), forma parte de un grupo de científicos que advierte que “actividades humanas, como la agricultura y la extracción de recursos, están aumentando la concentración total de sales inorgánicas disueltas (salinidad) en las fuentes de agua dulce”.
Giorgi, director del Programa de Ecología de Protistas y Hongos (PEPHON) de la UNLu, e investigadores de ocho países, sostienen que el proceso de salinización “puede tener efectos adversos en la salud, incrementar los costos de tratamiento del agua para consumo humano y dañar la infraestructura”. “También puede reducir la biodiversidad, alterar las funciones de los ecosistemas y afectar el bienestar económico”, señalan.
Para Giorgi, el riesgo principal está en Mendoza, San Juan y Catamarca, zona de grandes empresas mineras; sobre el Reconquista y el Matanza se encuentra la mayor cantidad de industrias que tiran soluciones salinas, además de otros contaminantes. En la zona de Mar del Plata se registraron problemas por el turismo, y en Comodoro Rivadavia, por exceso de uso del acuífero, que produce un cono de depresión y eso genera que ingrese agua marina.
“En Luján, estudiamos una curtiembre muy grande que funcionó hasta hace muy poco. Empleaba sales de cromo, que es cancerígeno, e incrementó la salinidad del río. No se le ha dado la importancia debida a todo esto. Por suerte, la reserva del acuífero Guaraní y del Puelche es muy grande, pero no significa que no haya casos de contaminación. Las empresas usan agua del Puelche, la salinizan y la devuelven contaminada”, explicó el docente de la UNLu.
(Fuente Noticias UNLu)

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