
El electo gobernador bonaerense trabaja sobre tres ejes clave para articular las primeras medidas de gobierno durante el verano. Los números y cifras que preocupan a la nueva gestión. El plan para asignarle un nuevo rol al Banco Provincia. Transición y protagonistas.
Mientras comienza a desandar la transición con María Eugenia Vidal, el gobernador electo Axel Kicillof ya analiza las urgencias que deberá atender apenas asuma el 10 de diciembre al frente de la Provincia. Emergencia alimentaria, infraestructura escolar y deuda, al tope de las prioridades.
La infraestructura escolar es otro punto crítico que Kicillof busca atender en el verano. Es un viejo reclamo del Frente de Unidad Docente que tuvo su pico máximo, el 2 de agosto de 2018, con la explosión de la Escuela 49 de Moreno que terminó en la muerte de la vicedirectora Sandra Calamante y el portero Rubén Rodríguez. Un relevamiento de Suteba reveló que más de 400 escuelas y 200 mil alumnos pasaron el último invierno sin gas. “Queremos comenzar las clases con las escuelas en el mejor estado posible. Estamos evaluando cuál es la mejor forma de llevar adelante las obras, si a través de los municipios o de otra manera”, señaló a Tiempo Carlos Bianco, encargado del equipo técnico que lidera la transición, y quien suena como futuro jefe de Gabinete bonaerense.
El estado de las cuentas bonaerenses, como lo repitió Kicillof en la campaña y tras ser electo, es el eje clave que marcará el resto de la agenda. Su gestión deberá afrontar apenas asuma el pago del medio aguinaldo y de los salarios de diciembre, que se pagan en enero. En la primera reunión de transición, el jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai, aseguró que están los fondos para ambas obligaciones, pero confirmó las sospechas del exministro de Economía: les faltan 70 mil millones de pesos para cerrar el año. Una porción, 20 mil millones, ya forman parte de una negociación con Nación en concepto de la actualización del Fondo del Conurbano, pero no hay certezas por ahora.
Los vencimientos de la deuda bonaerense, que es de más de 11 mil millones de dólares, es otro ítem que desvela al gobernador electo. En enero, operan dos vencimientos por un total de 570 millones de dólares. La política en torno a la deuda estará en consonancia con lo que se decida a nivel nacional. “Vamos a definir en función de los que decida Nación en cuanto a qué hacer con ese endeudamiento irresponsable que tomó Cambiemos”, apuntó Bianco.
El envío del Presupuesto 2020 a la Legislatura bonaerense es una de las primeras medidas que tomará Kicillof al asumir. Para eso deberá esperar a que esté el proyecto de la ley de leyes nacional, que define la proyección de recursos que le tocarán a la Provincia y los indicadores macro. Los funcionarios de Vidal adelantaron que están trabajando en un borrador que comenzará a ser analizado con el equipo técnico del Frente de Todos en los próximos días.
Más allá de lo estrictamente técnico -cálculo de gastos, recursos, endedudamiento, política fiscal, pauta salarial- también comenzará una negociación política inevitable para el nuevo gobernador ya que necesitará de la flamante oposición para poder aprobar el presupuesto y la respectiva ley impositiva.
Un nuevo rol para el Banco Provincia
A la emergencia alimentaria y educativa se le suma la productiva. A lo largo de la campaña, Kicillof repasó con números las secuelas que las políticas de Vidal dejaron en la Provincia: el cierre de 3500 pequeñas y medianas empresas y de 9000 comercios, y la pérdida de 87 mil puestos de trabajo.
Ante este panorama, la preocupación central del Frente de Todos es lanzar medidas que atiendan la emergencia productiva. Con ese objetivo, buscan que el Banco Provincia tenga un papel clave en ese sentido a través de líneas de crédito subsidiadas.
“Queremos usar el BAPRO para fomentar el trabajo y la producción”, explican en el equipo de Kicillof, pero no saben todavía “con qué balance cerrará” el año el banco público. A priori, entienden que “las cuentas no están sanas”. Hay varias señales negativas: la baja en la entrega de créditos al sector privado, el incremento de tenencia de Leliq, la deuda de la Provincia con el banco y la promoción del 50% en supermercados por el costo que tuvo para la entidad. En este último caso, si bien admiten que fue “un paliativo” para muchos bonaerenses, advierten que fue una medida “puramente electoralista”.

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