
Por Hugo Elías |
La jornada de este 17 de Octubre tiene múltiples actores, desde el gobierno nacional, la CGT, las CTA, la Corriente Federal Sindical, el Frente Sindical para el Movimiento Nacional, el PJ, los partidos integrantes del Frente de Todos, los movimientos sociales, hasta los intendentes del conurbano bonaerense.
La presencia de los agresivos militantes anticuarentena los días feriados con el monumental apoyo de los medios y el apalancamiento legislativo y judicial del macrismo del Pro/UCR/ CC generaron en el campo popular la necesidad de una respuesta en defensa del gobierno.
La primera en reaccionar fue la CGT de Daer y de los gremios mas conservadores y acostumbrados a zizaguear políticamente en función de una representación cuestionada pero vigente. La propuesta de un 17 de Octubre virtual prendió inmediatamente y nadie dice que fue una propuesta ajena al gobierno, pero vale reconocer que hasta ese momento nadie había planteado nada. Esta propuesta empezó a renguear por dos lados, primero porque los “gordos” dejaron trascender su intención de alejar a Cristina y pactar con AEA, el poder económico concentrado enemigo del peronismo, y segundo por una ausencia notable de la participación popular que no es contemplada en la virtualidad y no preocupó esa necesidad de manifestarse a los convocantes.
Definir una recordación virtual con casi el explicito propósito de aislar al presidente de la dirigente mas importante del Frente de Todos o mantener esa modalidad y al mismo tiempo convocar a la manifestación popular en caravanas en la ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires en camiones, taxis y autos particulares no es un problema de cuidado sanitario es una definición política.
Convengamos que el conjunto social se ha venido relajando en su respeto a los cuidados y al aislamiento y hoy sólo cumplen realmente las restricciones los niños, los mayores y los pacientes de riesgo con enfermedades preexistentes. Mas o menos la mitad de la población. La otra mitad son trabajadores esenciales, trabajadores online, operarios industriales, jóvenes estudiantes, desocupados en busca de trabajo o alguna changa, que por distintas razones salen a la calle, muchas veces sin necesidad, cambiando su rutina de cuidado en los dos últimos meses hacia un relajamiento que redunda en mas contagios y por tanto en mas víctimas.
El relajamiento tiene un componente individual de hastío lógico pero que contradictoriamente no ha sido abordado por las recomendaciones oficiales. Por un lado el gobierno alertaba sobre los peligros y al mismo tiempo autorizaba aperturas y flexibilizaciones en la ciudades que hicieron crecer los casos como reguero de pólvora. El botón rojo no existió, “una cerveza no le hace mal a nadie, somos jóvenes, el descuido es normal”. Este sábado muchos van a ir de picnic aprovechando la primavera, pararlos para una cuarentena que no existe, es ilusorio. Es un trabajo que las autoridades sanitarias de casi todo el país abandonaron y hoy es preciso encauzar.
Llamar a manifestar en caravana el 17 de Octubre es un reconocimiento a nuestra tradición popular de ocupar las calles. Convocados por los gremios y los partidos populares es una clara definición política desde dónde se defiende el gobierno acechado por una derecha desbocada y destituyente, si desde la defensa inclaudicable de lo nacional y popular o desde gestos de acercamiento que serán rechazados. No se trata de negar los cuidados ante la pandemia que nos azota sino de poner las cosas en su lugar: el respeto a las restricciones será mayor en las caravanas de los compañeros en nuestras calles que en las plazas de los picnic, y frenaremos, junto a los millones de presencias virtuales, el avance de la derecha macrista que nos hundió en la pobreza, la desocupación y la indigencia. Ya demostramos los trabajadores la solidaridad en la pandemia, los que se amuchan en los boliches no somos nosotros.
A la convocatoria de este 17 se sumarán millones en la virtualidad y en las calles miles de argentinos imposibles de ignorar plantando un nuevo piso de gestión para nuestro gobierno.
Desde mañana, Día de la Madre, no seremos el mismo país de ayer, que nuestro gobierno lo asuma. Ganar la calle lo fortalece frente a las agresiones de los “amigos” que no lo son, nos han declarado enemigos y nos tenemos que hacer cargo.
Robaron el país, encarcelaron compañeros, persiguieron y espiaron como en la dictadura, inventaron causas que se van cayendo mientras dejaban morir a Héctor Timmerman, no están dispuestos a pagar en la justicia, promueven el desacato a los cuidados para tirarles los muertos al gobierno, obstaculizan el funcionamiento parlamentario, sus medios organizan escraches a Cristina la política mas importante del país. Ahora en estos días van contra periodistas y la defensoría del Público en nombre de la libertad de las noticias falsas que necesitan todos los días para sobrevivir sin mostrar su proyecto neoliberal hambreador.
Los desplantes a nuestro presidente en esa reunión de empresarios sin ideas muestran su verdad, nos odian, no sólo porque por ahí les tocamos el bolsillo mirando a los de abajo, nos odian porque somos los portadores del amor , de la democracia y es por eso que votamos este proyecto.
Somos paz, somos solidaridad, somos amor a los pobres de toda pobreza, somos feministas, diversos, no queremos a nadie afuera, todos adentro construyendo futuro. Ellos no, sólo odio y mentira.
El sujeto político, el actor que faltaba hoy sale al escenario, los trabajadores, el pueblo, los peronistas de siempre y los de ahora, los de Alberto y de Cristina, no abandonaremos el protagonismo, la patria nos necesita.

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