11 diciembre, 2023

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Ni creer, ni reventar

Por Hugo Elías | 

El acuerdo del gobierno del Frente de Todos con el FMI ha traído un alivio social para propios y extraños. La sensación de estar frente a un precipicio se disipó con el discurso presidencial y las precisiones del ministro Guzmán. Mas allá de la visión que cada uno tenga sobre lo acordado el default era un paso hacia la incertidumbre peligroso y mas aún en nuestro mejor momento económico de los últimos 4 años con pandemia COVID 19 incluida. Evitar el default era prioritario, la forma, los plazos, las condiciones también, dado que imponen un rumbo hacia nuestro futuro económico.

En este día se han escuchado múltiples voces y sólo me referiré a las provenientes de los pliegues internos de la fuerza política gobernante. Las referencias opositoras no valen la pena, es como pedirle al asesino que se arrepienta cuando lo encontramos frente a su víctima con el arma en la mano.

Partimos de que hay precisiones faltantes y el que escribe tiene un oído económico mas sordo que afinado, como el de todos los interesados.

Tomaré tres exposiciones de manera arbitraria pero demostrativas de los caminos que se sugerían previo al acuerdo hoy anunciado y sus comentarios posteriores al conocerse el acuerdo. El de Andrés Asiaín, el de Emanuel Álvarez Agis y el de Ricardo Aroskind.

El primero planteó que prefería no pagar estos vencimientos cercanos, y negociar a la larga un acuerdo donde se otorgue un préstamo de facilidades extendidas con plazos de pago mas allá de 2023 y 10 años o mas de plazo para los 44500 millones de dólares, como reestructuración de la deuda asumida por Macri y su pandilla. Con la salvedad del pago en 2 años y medio de los vencimientos con desembolsos del FMI y luego años de gracia y 10 años para un nuevo crédito de facilidades extendidas es lo alcanzado por el equipo argentino. Sólo se reserva la sospecha de las revisiones trimestrales.

Emanuel Álvarez Agis, “Estoy igual de sorprendido que cuando Macri firmó el acuerdo, pero por las razones inversas. Estamos logrando un acuerdo con el Fondo sin reformas estructurales y el Fondo acepta que Argentina tiene que gastar más plata”, dijo Álvarez Agis este viernes 28 de enero en diálogo con Roberto Navarro en Navarro 2023 (El Destape Radio).

“Conseguimos un acuerdo sin reformas estructurales y con impulso a la obra pública, sin ajuste. Sorprende por lo bueno”, expresó el ex funcionario tras el anuncio oficial. “El país acordó con el FMI un programa que no incluye ajuste, reforma laboral, ni se suspende el camino de crecimiento”. Claramente esperaba otro acuerdo, mas restrictivo como acostumbra el Fondo. “Si el Fondo tuvo que hacer su mea culpa de la responsabilidad que tuvo saliendo de su libreto tradicional, habrá que reconocerle eso al Gobierno de manera profunda” subrayó.

Ricardo Aroskind por su parte destacó lo conseguido, pero lo supeditó a un futuro incierto. “El acuerdo con el FMI es cumplible en el corto plazo – 2 años – sin grandes sacrificios, e incumplible cuando venga la acumulación de vencimientos en 4 o 5 años. Pero no tenemos idea sobre cómo estará el mundo en 4 años, porque hoy es un tembladeral financiero.”

Ninguno esperaba este resultado de la negociación y aquí es necesario aclarar que la negociación del acuerdo fue y es en términos de deuda económica contraída por el gobierno argentino, votado en elecciones libres por los argentinos. Las ilegalidades contraídas por el gobierno de Macri y aceptadas placenteramente por el FMI otorgando el mayor crédito de la historia del organismo incurriendo también en trampas a sus propios reglamentos han sido denunciadas por el gobierno de Alberto Fernández. Pero la denuncia no fue lo fuerte y universal que debió haber sido, pero suponer que a partir de ella la deuda se desconocería es desconocer contra quien batallamos.

Lo que conviene resaltar es lo que todos los analistas rescatan del acuerdo, que se pueden resumir en grandes temas. No habrá reformas estructurales, ni jubilatorias, ni laborales, ni reestructuración ni privatización de las empresas públicas. Mas aún, continuará la obra pública como factor central de crecimiento. No habrá devaluación, se mantendrá la actual política cambiaria, continuará el cepo como en la actualidad. El ajuste fiscal que el FMI buscó acelerar tendrá hasta el 2023 el ritmo que el gobierno buscaba, llegando al 1,9% en el año electoral. La disponibilidad del gasto público es central en una economía con alto empleo informal y un 40% de pobreza. Un tema prioritario es combatir la inflación donde el ministro destacó los acuerdos de precios y salarios mas allá de las regulaciones exportables y las tasas de interés positivas. Hay que destacar que el ministro no se refirió al carácter monopólico de la oferta en los productos de la canasta familiar que son los líderes de la inflación cotidiana. Reafirmarlo en un acuerdo firmado con el FMI y aprobado por el congreso centralizaría los ingresos de los sectores populares como prioridad principal.

Este rápido repaso del acuerdo con el FMI que, coincido, es mejor de lo que pensaba debe ser refrendado en las distintas letras chicas que le darán carnadura pero que no cambiarán el espíritu totalmente contrario a lo que conocimos hasta ahora del Fondo, sin dejar de ser un aparato productor de dependencia económica y geopolítica.

Es importante destacar una respuesta principal de nuestra sociedad ante este acuerdo, la de la CGT. La central de obrera saluda y apoya el acuerdo del gobierno con el FMI que prioriza el desarrollo económico. No deja de expresar su pertenencia política destacando la vanguardia económica, social que expresa el peronismo.

“Nuevamente el Peronismo viene a hacerse cargo del irresponsable endeudamiento contraído por gobiernos liberales, sosteniendo al mismo tiempo los derechos de los trabajadores, ocupados, desocupados y jubilados”

Seguramente se expresarán otras centrales sindicales, movimientos sociales, asociaciones empresarias, asociaciones profesionales y de todo tipo.

Este acuerdo debe ser vigilado por nosotros no por los gringos del FMI que sólo tienen una calculadora, nosotros somos los compañeros “ocupados, desocupados y jubilados” que cargamos la patria al hombro y en zapatillas.

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