Un festival compartido por más de 30 mil personas, arte, solidaridad y salud pública. Todo tapado por una falsa polémica.
Por Daniel Zaballa (*) |
En una nueva demostración de hipocresía y desconocimiento de la cosa pública, la oposición se encolumnó detrás de la crítica a una política que, por ordenanza, el Municipio de Morón lleva a cabo desde hace años y asesorados por ARDA (Asociación de Reducción de Daños de Argentina).
Se trata de una serie de recomendaciones para reducir los riesgos y el daño que pueden causar el consumo de drogas. Pero la oposición pone la mirada donde le conviene, con el fin de caranchear algún beneficio político y así conmover y exaltar a su tropa de moralistas odiadores.
Lo llamativo es que esto sucedió en LA MINGA, un evento artístico multidisciplinario de carácter solidario, lugar de encuentro para la familia y de una multitud de jóvenes que ofrece la posibilidad de recorrer ferias de artesanías, de producciones independientes, de micro emprendimientos, de artes visuales, y de visitar stands de instituciones, a lo que se suma una variada oferta de talleres abiertos, radio, charlas.
La programación, desarrollada en distintos espacios escénicos, ofrece espectáculos musicales, de teatro, títeres, acrobacia, murga, etc. En cada oportunidad, un comedor comunitario u otra institución se beneficia haciéndose cargo de un buffet. Pero de esto no hablan porque en los cuatro años del gobierno de Ramiro Tagliaferro el arte y la cultura hicieron gala de la ineficacia y el desinterés de su gobierno. Pusieron el piloto automático y jamás lograron organizar un evento como Escenario a Cielo Abierto, el Congreso Internacional de Teatro, el Octubre Cultural o LA MINGA, por nombrar sólo algunos.
Tagliaferro, el mismo que nos dejó un teatro con el proyector del INCAA roto, la sala con goteras, la planta luminotécnica en el límite de su funcionalidad, la salida de emergencia con el piso a punto de caerse. El mismo que organizó un festival de teatro y no convocó a ninguno de los teatristas locales, por más que lo solicitamos. El que organizó una fiesta privada en el salón Mariano Moreno y el que nos dejó un tendal de teatristas sin cobrar porque no refrendó con su firma los contratos, es el mismo que intenta tapar el sol con la palma de su mano.
Pero hablemos de LA MINGA, un evento que creamos en los albores de la primera intendencia de Martín Sabbatella, que mantuvo en alto Lucas Ghi y que ahora nos da la posibilidad de volver a reeditarlo. LA MINGA es parte de la identidad de Morón porque se lo apropió la gente.
Hablemos de LA MINGA que hoy es una realidad por decisión política y porque el director de cultura Gabriel Redak junto a su equipo sabe cómo hacer para convocar a 30.000 personas en un solo día y que todos disfruten de una organización impecable y una fiesta que la ciudadanía de Morón está necesitando.
En fin, les señalamos LA MINGA pero ellos eligen mirar el dedo.
(*) Director del Teatro Municipal de Morón y ex Director de Arte y Cultura.

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