
Por Hugo Elías |
La provincia de Buenos Aires es sin dudas la punta de lanza en la búsqueda de atacar las tristezas argentinas hoy encabezadas por la pobreza de amplios sectores.
Hay un 37,7% de pobres en todo el país. Hay 17,5 millones de bonaerenses, si igualamos el porcentaje de pobreza / país hay 6 millones y medio de pobres en “La Provincia”. A situaciones extraordinarias medidas extraordinarias dijo el gobernador Kicillof y presentó la MESA (Módulo Extraordinario para la Seguridad Alimentaria) que tiene como principal objetivo asistir a esos 6 millones y medio que hoy comen mal o poco.
Los números de inversión asombran en el proyecto, 111.000 millones de pesos, pero lo mas importante es que no se trata de un “lanzamiento” sino de la continuidad de la centralidad de la alimentación desde antes de la pandemia hasta hoy.
La alimentación de las familias a través de la educación inicial, primaria y secundaria como correa de trasmisión fue un éxito desde el inicio de la pandemia porque unificó la escolaridad no presencial con la presencia de los padres en la escuela a través de los módulos alimentarios.
Estos módulos eran semanales y ahora, ya con la presencialidad, serán mensuales y contemplando estrictamente los estudios de nutrición necesaria para la familia.
Será para aproximadamente para 2 millones de familias de niñes y adolescentes que van a los 11.000 comedores. Será un módulo/bolsón mensual a las escuelas incluidas en el SAE (Servicio Alimentario Escolar). Se entregará un cuadernillo con instrucción nutricional para fomentar una alimentación saludable con la entrega de productos nutritivos para cocinar en los hogares.
Este resarcimiento social alimentario refuerza el nuevo bono de 18.000 pesos que recibirán los jubilados y los trabajadores informales desde el gobierno nacional.
En el gobierno nacional y en el provincial hay una conciencia de la necesidad de enfrentar la carestía incesante de los alimentos y productos de la canasta familiar, pero hay una sensación de correr de atrás a la inflación de los precios.
Como emergencia el aporte es bienvenido, pero qué pasa si los grandes formadores de precios se lo tragan y en dos meses estamos en la misma. Suponiendo que en la provincia de Buenos Aires con el bolsón mensual la familia campea la situación sumando los 18.000 del bono, ¿Y los que no tienen el MESA porque no tienen chicos escolarizados o viven en otra provincia se las arreglan con los 18.000 pesos?
A todas luces es necesaria una disposición general para todos los asalariados de un bono mas allá de los acuerdos paritarios y al mismo tiempo identificar claramente los principales generadores de la inflación.
Nos venimos a enterar que las grandes monopólicas empresas que surten la canasta familiar no cumplen con el compromiso de Precios Cuidados y entregan un 20% menos de productos que los destinan a los comercios de cercanía, autoservicios y almacenes, con precios que superan hasta un 30% los pactados con el gobierno.
Tengamos en cuenta que los híper y supermercados abastecen el 35% de la demanda mientras que el 65% restante es abastecido por los comercios chicos y medianos que no tienen los precios acordados sino mucho más caros.
Mas allá de los factores externos como los aumentos por la guerra en Ucrania en directa relación con el trigo y los aceites de soja y girasol, alzas de insumos importados para la fabricación, nunca justifican alzas de 10 al 20% de un mes a otro.
Si no se logra poner en línea lo acordado con las empresas es imperioso usar las herramientas que el estado tiene para que se respeten los precios. El poder del estado no debe usarse sólo para convocar a acuerdos que no se cumplen sino para enfrentar con todo el peso de la ley a los que desoyen las necesidades populares.
No somos expertos en comercialización, pero sí sabemos cuando nos meten la mano en el bolsillo aquellos hipermillonarios voraces desde siempre, no sorprenden sólo engañan.
En lo inmediato, seguir el ejemplo de Kicillof atacando la alimentación de los mas pobres y enfrentar a las grandes empresas monopólicas con todo el peso de la ley, no son muchas, serán una 20 entre alimentación, limpieza, energéticas, metalúrgicas y papeleras, es cuestión de nuevas reglas, con las que hay la inflación no se detiene y los sueldos no alcanzan.
Una digresión sobre la interna en el Frente de Todos. La discusión a través de los medios es la peor de las prácticas, estigmatiza al compañero, debilita al gobierno de TODOS y agranda a una oposición dispuesta a repetir la tragedia argentina en 2023. La falta de unidad tiene su precio espantoso para las mayorías populares si facilita el gobierno de la derecha macrista/radical/lilitos.
Será de sabios resolver las diferencias de cara a las organizaciones políticas, sindicales y sociales caminando con propuestas concretas para resolver la angustiante actual situación. Terminar con las facturas mediáticas y darse cuenta que divididos no hay futuro.

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