08 junio, 2023

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La política debe volver a enamorar

La política debe volver a enamorar

Por Hugo Elías | 

Es necesario diferenciar la práctica política que se basa en la participación de grandes sectores populares de aquella que deposita toda su acción en manejos burocráticos y no requieren, incluso rechazan, la participación de organizaciones o nucleamientos surgidos de organizaciones no partidarias.

*imagen de archivo

La historia de nuestro pueblo está jalonada por acciones políticas surgidas de organizaciones populares formadas al calor de las necesidades y reivindicaciones que la historia marcaba.

Los sindicatos, sus federaciones, las confederaciones, dieron lugar a lo que hoy es un actor político central: el movimiento obrero organizado. Con el tiempo el movimiento obrero tuvo sus modificaciones organizativas por diferencias políticas de cómo encarar la lucha por sus reivindicaciones y es así como existen la CGT y las CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma.

Al mismo tiempo la expulsión de trabajadores del sistema formal provocada por las políticas neoliberales agregó un sector que lejos de resignarse se organizó para ser escuchado y visibilizado. El mote de “piqueteros” proviene de las luchas en los años 90 donde se cortaban las rutas impidiendo el tránsito con piquetes que exigían la reincorporación de los despedidos por YPF y Gas del Estado en Cutral-Co y Plaza Huincul en Neuquén, método de lucha repetido en Salta al año siguiente. Desde 1996 en adelante se incorpora este método contra las políticas neoliberales del menemismo que dejaron un tendal de desocupados en todo el país al calor de las privatizaciones de las empresas estatales.

El desarrollo de estos movimientos sociales llega hasta nuestros días con una presencia central en la política nacional mas allá de que se las quiera ignorar y estigmatizarlas. Su presencia en las calles durante el macrismo fue generando un crecimiento de los planes sociales que le dio mayor peso callejero y un nuevo mote despectivo “planeros”. La llegada del Frente de Todos al gobierno propone integrar a los movimientos sociales afines mientras los allegados al trotskismo rechazan la oferta.

Si hay algo que destaca la historia de nuestro pueblo es la defensa de los derechos humanos a partir del genocidio perpetrado por la dictadura cívico militar de 1976 a 1983. La lucha inclaudicable de las Madres de Plaza de Mayo reclamando la aparición y libertad de sus hijos se transformó en la marca indeleble de un pueblo que al paso del tiempo mantiene el Nunca Mas como el límite infranqueable que la democracia impone.

No hay significado mas nuestro que el doliente recuerdo y homenaje a los desaparecidos, a los torturados, a los vejados, a los deshumanizados por las bestias que el poder engendró. No olvidamos, ni perdonamos, por eso somos miles y miles en las calles argentinas cuando los pañuelos blancos nos convocan, justicia es lo que ofrecemos al mundo y a nuestros hijos.

En este rápido panorama de las expresiones masivas de nuestro pueblo es destacable el movimiento feminista. No sólo ha alcanzado masividad en todo el país, organización territorial, presencia política nacional, provincial y municipal, sino que ha motorizado leyes fundamentales como la legalidad del aborto, leyes que implican la igualdad de género, que protegen a las mujeres contra la violencia machista, la igualdad con los varones en la representación política, imponiendo una presencia innegable de la mujer en las decisiones políticas cada vez mas definitoria. El camino recorrido es importante pero el movimiento feminista es conciente que es largo y nuestra sociedad muestra machismo diariamente en las mujeres asesinadas, golpeadas y abusadas.

En estos tiempos recientes las manifestaciones populares masivas no surgen de estos espacios, los han desbordado los festejos del campeonato mundial y la indignación por el cruel asesinato Fernando Báez Sosa. Son dos escenarios diferentes pero concitaron la expresión popular de la alegría del triunfo deportivo mas esperado y de la indignación ante la cobardía de los que le pegan en patota a uno tirado en el suelo e indefenso.

Es el mismo pueblo que se alegra con Messi y llora indignado a Fernando. No sorprende como acompañan a los padres del chico muerto, ni que sean millones los que calzan la camiseta celeste y blanca.

Es la marca argentina de este pueblo, somos así, como los que paran en defensa de su salario, como los que reclaman igualdad de oportunidades y trabajo formal, como las mujeres que no van a parar hasta que la igualdad de género sea palabra santa, como las Abuelas de Plaza de Mayo que buscarán a todos los nietos.

Será necesario que la política enamore como ellos y ellas enamoran, somos millones que podemos juntarnos, es necesario convocarnos lealmente. No voy a jugar de original, nos vemos el 24 de Marzo.

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