09 junio, 2023

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La plaza de las madres, las abuelas, los hijos. Nuestra plaza

La plaza de las madres, las abuelas, los hijos. Nuestra plaza

Por Hugo Elías | 

La marcha del 24 de marzo a 47 años del golpe cívico, militar, económico fue realmente impresionante, tanto en el número de asistentes como en las claras definiciones políticas de los diferentes colectivos presentes expresadas en el documento leído por Estela Carlotto.

Cientos de miles llegaron a la Plaza de Mayo. La composición era variada y enriquecedora de la propia convocatoria: el homenaje a los 30000 compañeros desaparecidos, el repudio a un Poder Judicial, y a su mínima Corte, esclavo de los poderes económicos y de sus representantes políticos.

Muchísimos jóvenes, parejas sueltas, familias con chicos, bebés, organismos de DDHH, agrupaciones de todas las reivindicaciones igualitarias, maduros y maduras militantes de siempre, columnas organizadas de partidos y agrupaciones políticas, columnas sindicales con sus banderas y uniformes.

Digo cientos de miles por no decir mas de un millón, fueron horas, hasta las 19, de incesante paso de militantes de la democracia hacia la plaza convocante.

Hubo una ausencia que al notarse tanto fue presencia, llanto y honores, Hebe no estaba. Su camino señalado nunca se irá.

El discurso leído fue un fuerte reclamo de justicia y de denuncia a la Corte, a los jueces macristas de Comodoro Py y de Lago Escondido, el respaldo al Juicio Político en la Cámara de Diputados a la mafia judicial, y la denuncia de la proscripción de Cristina en el vergonzante juicio de “vialidad”. No se olvidó la infamia judicial jujeña del Gobernador Morales que tiene presa a Milagro Sala.

También se denunció la ausencia de una investigación seria y profunda del intento de magnicidio de la vicepresidenta que al día de hoy sólo ha llegado a tres perejiles y no a los reales promotores políticos de la agresión a la democracia mas grave en estos 40 años.

El documento también denunció que la justicia no puede estar al servicio de las corporaciones económicas que siguen causando la misma hambre que en la dictadura militar.

La sensación fue que el documento fue escrito por alguno, o algunos o por todos de los que ya no están.

Es necesario reiterar que el documento fue leído por Estela Carlotto y que tapó la bocaza de las cacatúas de La Nación, Clarín y sus repetidoras que decían que no quería hablar de política en el discurso de los organismos de DDHH. ¿Será que lo judicial tramposo, la proscripción de la dirigente política mas importante del país, la concentración económica que provoca hambre en nuestro pueblo y la denuncia de la connivencia de los jueces con los poderes económicos no es política?

Perdón por la pequeña distracción hacia la basura de la comunicación.

Las columnas no cesaban, llegaban hasta cerca del escenario y lentamente pegaban la vuelta.

La Cámpora apareció con todo su bagaje dirigente y militante, casi 15 cuadras, pero la interna no preponderó, la fuerte presencia militante mostró un respeto, casi religioso, como el resto de los cientos de miles que honraron a aquellos que dieron su vida para que hoy estemos marchando.

La emoción vino con la enorme bandera con las miles de fotos de los desaparecidos que cruzó toda la plaza, desde el Cabildo hasta el escenario detrás de la fuente. Un recorrido lento, con lluviosos ojos, con aplausos inacabables, mirándonos unos a

otros como diciendo sin saber “ese es el Topi o la Tana”, sin verlos, sólo extrañarlos durante 46 años.

Lo veo a mi hijo Mariano, agradezco a los 30000 tenerlo junto a los millones que hoy marchan en este país golpeado, pero en la calle con una esperanza inquebrantable.

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