
Por Luis “Cacha” Gambino |
No estamos hablando de una noche de casino, sino de tratar de explicar el presente futbolístico del Deportivo Morón.
Ayer por la tarde en la Ciudad de Santa Fe, el “Gallo” perdió en Copa Argentina ante San Martín de Tucumán por 2-0 en terreno “Tatengue”. Nada nuevo, un equipo que no está a la altura y un respaldo masivo de unos 5000 hinchas o más que acompañaron al equipo. Párrafo aparte para periodistas de TV de vasta experiencia que a esta altura de sus carreras aún no saben estimar la cantidad de gente en las tribunas. Pero ese es otro tema.
Lo real es que Morón debió irse en ventaja en el primer tiempo cosa que no ocurrió por un novato arquero del equipo tucumano, Juan Tinaglini, quien evitó dos veces la caída de su valla pero que dio rebotes largos en ambas ocasiones no aprovechados por la reacción rápida de sus defensores y también por la lentitud del referente de área de Ezequiel Rescaldani que quedó lejos de la jugada como cada vez que le tocó jugar. Típico jugador con más pasado que presente, que también y de yapa perdió la marca en la apertura del marcador polémica tras perder la marca de Nahuel Benegas tras el centro de Agustín Porkop además de la colaboración de un estático Bruno Galván quien volvió a defender los tres palos.
Luego llegaría el segundo gol de Matías Verón ante un equipo shokeado en lo anímico por la adversidad, como si tirara la toalla en la primera circunstancia adversa. Párrafo aparte para el final. Carlos Córdoba, árbitro del partido, que fue responsable directo del resultado. Ignoró una falta sobre Nicolás Henry en mitad de cancha en la misma jugada que cobró la de Brian Orozco en la continuación de la jugada que fue amonestado por protestar y luego del gol producto del tiro libre con final de red expulsado por continuar con la protesta.
No necesita el equipo de Nardoza sumarle más miserias al presente futbolístico, con las propias alcanza. Dicen que los fallos en algún momento te benefician en la balanza final. Tras 12 partidos son demasiados adversos y se espera por el vuelto.
Por ahora por el Oeste están jugados y sin fichas, con una dirigencia cuestionada hasta el hartazgo por la masiva e improductiva incorporación (por ahora ni un acierto), que dio por tierra las aspiraciones de ascenso que pasó a ser una imploración por conservar la categoría.
Se espera que, con el final de la primera rueda a mitad de año, lleguen refuerzos y ocurra el éxodo masivo de jugadores que están para el senior y no el futbol profesional. Que abandonen un barco que les queda grande y así evitar que el mismo se hunda. Tino Costa le muestra el camino: ya encontró su lugar en el mundo en el senior de River Plate.

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