
Lo reveló el periodista Horacio Verbitsky en una nota publicada en Página 12. Si el oficialismo logra salir airoso de las próximas elecciones, buscaría partir en tres la provincia y también llevar a cabo una división del municipio de La Matanza. Los argumentos oficiales serían: la densidad demográfica y la dificultad para administrar el territorio. Pero detrás habría motivos económicos y electorales.
Para esta reforma que tiene pensada el macrismo, sería condición sine qua non un triunfo de Cambiemos en las próximas elecciones. De darse ese resultado, se echaría a andar el plan. Frente a las objeciones de la oposición, la división se defenderá con los argumentos de “la difícil gobernabilidad de esos mega agrupamientos humanos y una reflexión histórica sobre un sistema político y una Constitución Nacional que no fueron pensados para una provincia de 16 millones de habitantes y un municipio de casi dos millones, que en realidad corresponden a la escala de un país y de una provincia, respectivamente”.
Ya en la campaña 2015 la idea había sido planteada por el radical y precandidato por ese partido Ernesto Sanz, “inspirado en trabajos académicos de su compañero de fórmula, Lucas Llach, y del politólogo filoradical de la Universidad de Lisboa Andrés Malamud. Más allá de las razones de gobernabilidad (o en realidad explicitando qué es ese comodín terminológico) ninguno de ellos oculta su preocupación por la hegemonía política del peronismo, al que Malamud caracteriza como el elefante en el bazar de la política argentina”.
Llach se desempeña como vicepresidente del Banco Central, que hoy está llevando adelante “una política monetaria de endeudamiento exponencial” restando viabilidad no sólo a muchas provincias sino incluso al país.
Su propuesta fue titulada “Acabemos con el engendro” e incluía un mapa con la hipotética división en tres provincias nominadas Atlántica (que tendría 6,5 millones de habitantes), Cien Chivilcoy (5,6 millones) y Tierra del Indio (con 1,7 millones). “Doce años después la población total ya no es de 14 sino de 16 millones, pero las proporciones son indicativas”.

Según la nota de Verbitsky, los argumentos para esta propuesta fueron de una sinceridad ideológica escalofriante: “Eliminamos el engendro que pone palos en la rueda desde Mitre a Duhalde pasando por Tejedor, Rocha, Ugarte, Fresco, Cafiero, etc. No tenemos un monstruo que puede sitiar a la Capital y voltear el gobierno del país con sus 70 diputados. Atlántica manda 33 diputados, Cien Chivilcoy 28 y Tierra del Indio un muy respetable 9. Sí, sigue habiendo dos provincias importantes pero cada una duplica a Córdoba, no es cinco veces más. Capital (que se llamará simplemente “Buenos Aires”) manda 25 diputados. Eliminamos para siempre la frase ‘la primera provincia argentina’. Eliminamos el Banco de la Provincia que desde 1822 viene rompiendo las pelotas”.
Antecedentes
Anteriormente el ex gobernador Daniel Scioli había propuesto subdividir el territorio bonaerense, aunque sin desmembrar la provincia. Proponía crear una docena de regiones que no llegaran al millón y medio de habitantes, pero no tuvo apoyo legislativo para llevar adelante su iniciativa.
El proyecto de Vidal para la división de La Matanza, por su parte, crea cinco municipios: La Matanza, Gregorio de Laferrere, Los Tapiales, González Catán y Juan Manuel de Rosas.
El apoyo peronista
Hace poco más de una año, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, se expresó al respecto de este tema en el programa de Mirtha Legrand. Se mostró muy de acuerdo con la división aduciendo que se trata de un tema prioritario en una imprescindible “reforma estructural” y volviendo a subrayar lo inviable de su administración.
Pero el oficialismo sabe que para llevar adelante este plan, la única vía es una reforma constitucional: “Tan o más importante que esta definición es que Monzó haya confesado que coincide en un 80 por ciento de este planteo con “otros dirigentes peronistas” como Sergio Massa o Diego Bossio. Esto es imprescindible, porque no podría hacerse sin una enmienda constitucional”.
Pasos Previos
La nota publicada en el diario Página 12 deja en claro que “Estas especulaciones sólo tendrían sentido si la Alianza Cambiemos tuviera un buen desempeño electoral”.
Desde el oficialismo confían en un balance que los deje como ganadores en el escenario nacional, aunque saben la dificultad que acarrea eso, teniendo en cuenta que en distintas provincias las fuerzas políticas se presentan con distintas fórmulas y alianzas que no responden necesariamente a la lógica nacional o bonaerense.
El endeudamiento
Algo que identifica a la gestión macrista, sin dudas, es el vertiginoso endeudamiento que está tomando. ¿Cómo influye esto en el plan de división?.
“Nunca en toda la historia argentina se produjo un endeudamiento masivo en tan corto plazo y nadie en el mundo se endeudó de esa forma en el mismo año y medio. Contraer deudas en dólares para financiar gastos corrientes en pesos sólo tiene una explicación: los dólares financian la fuga de capitales y la bicicleta financiera”.
El Centro de Economía Política (CEPA), realizó un estudio donde advierte la peligrosidad del endeudamiento provincial, que se aproxima al 10 por ciento del total. El estudio lleva como titulo “Deuda, el asesino silencioso”.
“Dada la caída de la actividad se han reducido tanto la recaudación provincial como la transferencia de recursos por coparticipación federal. Frente a este cuadro, el Estado Nacional ha facilitado el endeudamiento de las provincias para que financien sus déficit. Incluso, ha utilizado las autorizaciones como elemento de chantaje para conseguir los votos en el Senado para las medidas más impresentables, como el pago a los fondos buitre, la práctica desaparición del impuesto a los bienes personales y el blanqueo de capitales. Los gobernadores presionaron a sus senadores porque de otro modo no podrían endeudarse. Los 10.500 millones de dólares de deuda que emitieron las provincias argentinas desde que Macrì es presidente, ya están teniendo un fuerte impacto, que irá in crescendo”.
En 2004, las deudas provinciales constituían el 15 por ciento del PBI. Este número se logró bajar hasta llegar al 4.19 por ciento en 2015.
Sin embargo, desde que asumió Mauricio Macri creció hasta el 5.32 mostrando un crecimiento acelerado de la deuda y dejando ver algo aún más preocupante si se mide ese crecimiento contra la recaudación provincial. Los recursos propios de las provincias se redujeron al igual que la coparticipación al 3.34 por ciento.


“Esto vuelve a colocar a la Argentina en una situación de extrema vulnerabilidad. La dolarización de la economía fue uno de los consejos de los organismos financieros internacionales en la agonía de la convertibilidad y vuelve a escucharse ahora. De producirse sería un cepo permanente, sin marcha atrás, como lo experimentó Ecuador donde ni siquiera una década de gobierno popular pudo recuperar la soberanía monetaria perdida. La desaparición de algunas provincias, el reagrupamiento de otras, la tan reiterada meta de bajar el costo de la política, serían algunas de sus nefastas consecuencias”.