
Por Hugo Elías |
Los meses de verano, normales para descansar y vacacionar, no son de descanso para la política. La iniciativa de incorporar el Juicio Político a la mínima corte de justicia al tratamiento en las sesiones extraordinarias del Congreso obliga a los diputados y senadores a suspender sus veranos y avocarse a la agenda que el gobierno peronista plantea.
La iniciativa tomada por el gobierno se acopla o mejor, fortalece, la presencia peronista algo desdibujada últimamente. Este juicio a los miembros de la Corte hoy domina la escena política y pone al gobierno en posición de marcar la cancha dada la necesidad de la oposición de defender a quienes la sociedad en gran medida desprecia y que con el correr de los días televisados desnudarán la mafia judicial que sostiene el macrismo.
Es preciso enmarcar la situación nacional, hoy mas que nunca, en el plano internacional, que ya no está circunscripto a la dependencia de los pagos al FMI, aunque influye, hoy la situación regional condiciona positivamente la lucha contra el “estado paralelo y la mafia judicial”.
El panorama internacional y mas precisamente regional cambió radicalmente con el triunfo de Lula. Hay varios puntos a tener en cuenta para este panorama internacional regional. La visita de Lula después de haber derrotado una asonada golpista de la ultra derecha bolsonarista.
La presencia de 31 países en la reunión de la CELAC convocada por la presidencia argentina rechazando la marginación de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Las declaraciones imperialistas de la generala yanqui Richardson destacando la importancia de América Latina para los EEUU, por sus riquezas de litio en Argentina, Chile y Bolivia, las reservas petroleras de cobre y oro en Venezuela ,de petróleo en Guyana, del Amazonas como el mayor pulmón del mundo y el 31% de agua dulce en el planeta. Es una síntesis de los proyectos imperiales para hegemonizar el mundo ante sus enemigos principales China y Rusia y que hoy tienen presencia en nuestra región. “Nuestra seguridad (la de EEUU) depende mucho de esta región”.
La resistencia popular al golpe en Perú que destituyó al presidente Castillo instalando una feroz dictadura con muertos en las calles de un pueblo que no se rinde.
La incorporación definitiva del Caribe a la CELAC con la presidencia de San Vicente y las Granadinas, cuyo primer ministro Ralph Gonsalvez es un progresista que mantiene excelentes relaciones con Cuba, Nicaragua y todo el Caribe.
Las expresiones inequívocas del presidente colombiano Petro y del presidente chileno Boric contra la intervención imperialista y en defensa de la democracia en Latinoamérica. La reafirmación democrática en el mismo sentido de Bolivia y México.
Todo ello configura un marco de respeto a los preceptos democráticos que limitan las ínfulas derechistas en el continente y por supuesto las de sus jefes afincados en EEUU tanto en las armas de la generala del comando sur como en los condicionantes económicos desde el FMI.
Ante este apretado panorama no es menor la convocatoria de los sectores mas combativos del peronismo a “romper” la proscripción de Cristina. Romperla con la movilización popular organizada y masiva sin dejar afuera a nadie del frente de todos.
Democracia o mafia no es sólo una consigna, es la realidad que hoy transitamos. El intento de matar a la vicepresidenta, principal dirigente política del país, y el ninguneo judicial y mediático es una muestra clara de dónde estamos parados democráticamente. Hay un claro sector político expresado en Juntos por el Cambio que se identifica con la violencia política y económica despreciando a los sectores populares y a las instituciones democráticas. ¿Qué son acaso los repudios empresarios al juicio político a los cuatro cortesanos?
Defender a estos jueces, es defender el 2×1 para los asesinos de la dictadura, es demorar años los juicios por lesa humanidad, es aceptar que entren a la corte por decreto, es permitir la manipulación tramposa del Consejo de la Magistratura para no reemplazar jueces macristas corruptos, y una decena de acusaciones a estos mínimos jueces.
Este juicio político se enmarca en una situación regional donde compartimos con la mayoría de los países latinoamericanos la defensa irrestricta de la democracia y la denuncia permanente de las mafias depredadoras, locales y foráneas, de la riqueza de nuestros pueblos empobrecidos.
Juzgar a la cabeza de la mafia judicial es defender la democracia, descabezar un sistema corrupto y tramposo que siempre mira para los poderosos ignorando al pueblo. En este marco romper la proscripción a Cristina es el imperativo de la hora.

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