08 diciembre, 2023

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El Presidente no compite, el Frente de Todos sí

El Presidente no compite, el Frente de Todos sí

Por Hugo Elías | 

Alberto Fernández resignó la posibilidad de reelección en para “dedicarse de lleno a solucionar los graves problemas del país” según sus propias declaraciones. Hay aseveraciones que no se condicen con la realidad, la reelección ya estaba abandonada y sólo faltaba la fecha y solucionar los problemas es una promesa hasta ahora no creíble.

La labor gubernamental ha sido por lo menos despareja. El manejo de la pandemia con un país fundido y con un sistema de salud destrozado fue de lo mejor tanto en la salud de la población como el mantenimiento a flote de una economía que funcionaba a medias por los riesgos del COVID. Los ATP y los subsidios a las empresas mantuvieron una ocupación que evitó miseria y las vacunas conseguidas evitaron cientos de miles de muertes que la salud dejada por el macrismo presagiaba. Ante la superación de la pandemia aparecieron dos problemas comunicados por su incidencia en el bienestar de la población, por un lado, el creciente aumento de precios de la canasta familiar y por el otro el corset económico que significaba la deuda con el FMI contraída por el gobierno de Juntos por el Cambio.

Al mismo tiempo quedaban retrasados los ingresos populares frente a una inflación enorme provocada sin esconder su autoría por los grandes monopolios formadores de precios, desde los metales hasta los alimentos.  Tampoco nunca fue desmontado un poder judicial empleado de los poderosos, antipopular, condicionante de cualquier medida progresista e incluso al punto que hoy lo caracterizamos como la “mafia judicial”.

Todo ello opaca la tarea de construcción de 100000 viviendas populares, de escuelas en todo el país, y de emprendimientos científicos e industriales en todo el territorio.

No se puede hablar de querer superar el 40% de pobres sin bajar la inflación y subir los salarios. No se tiene una democracia que defienda los intereses populares con un poder judicial mafioso.  No hay proyecto nacional exitoso si no se explotan los recursos naturales desde el Estado para todos los argentinos y no sólo para 4 o 5 vivos de los ríos y los campos.

Si el Frente de Todos quiere ganar las próximas elecciones tiene que dejar los buenos modales negociadores y marcarles la cancha a los dueños del poder económico. La sanción a los aumentos por fuera de lo acordado debe ser enorme como el daño que le provoca a las familias que alimentan a sus hijos desnutridos. El aumento salarial debe ser tal que el sueldo mínimo sea superior a los actuales 180 mil necesarios para una canasta básica, negarse a otorgar una suma fija a los trabajadores ya es una política patronal. La propuesta para el agua, el gas y la electricidad debe ser el congelamiento de las tarifas y si no quieren, el cancelamiento de la concesión. Penas de expropiación a aquellos empresarios que falseen importaciones y escondan exportaciones. El contrabando fluvial debe ser penado con el permiso de navegación e incluso de expropiación de puertos.

El acuerdo con el FMI debe ser renegociado al tiempo que debe ser denunciado por ilegal con penas para los funcionarios de Macri, Dujovne y demás firmantes. Esa renegociación debe ser asumida por el FMI como parte en la ilegalidad del empréstito. Pagar la deuda, pero en tanto y en cuanto permita el desarrollo autónomo de nuestra economía. Si no hubiera acuerdo suspender los pagos hasta llegar a un acuerdo. Hoy estamos pagando una deuda que el país no aprovechó en crecimiento económico, sirvió para la fuga de capitales y pagar créditos a los grupos financieros internacionales amigos del macrismo. No debemos seguir aceptando ese apriete, hoy tenemos recursos de otras economías como la de China o la de Brasil, estamos en la puerta del BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). La defensa de nuestras riquezas naturales de nuestro suelo y aguas es un imperativo para cualquier propuesta defensora de las justas necesidades reclamadas por nuestra gente.

Un 40% de pobreza es una marca lacerante que ofende nuestra historia de lucha que ha dejado miles de compañeros en el camino.

No se trata de cálculos políticos, de relaciones de fuerza, se trata de un compromiso con la patria y a eso debemos convocar a nuestro pueblo. La movilización a tribunales, no casualmente ninguneada por los medios, muestra un músculo que se está despertando. No hay lugar para las dudas, quien no se sume quedará al borde del camino que el pueblo movilizado irá marcando.

Marcar el enfrentamiento a los poderosos es imperioso, la hora no es para tibios. La búsqueda de consenso con los poderosos de adentro y de afuera nos ha traído a este desastre social. El gobierno tiene que abandonar su tibieza mientras la organización popular movilizada le marque las líneas a seguir.

Tenemos mojones callejeros que irán cimentando con la movilización una propuesta de avance de disputa con la derecha. Ellos crecen porque nosotros no hablamos o decimos boludeces entre nosotros.

La disrupción es precisa, los buenos modales no van mas, la mesa de los trabajadores es sagrada, llegó la hora de enfrentar la obscenidad patronal inflacionaria representada por sus políticos, sus jueces, sus bancos y sus medios. Aplauden en el LLao LLao la pobreza y la explotación, la represión a la protesta, el recorte a las jubilaciones, a la privatización a precio vil de nuestras riquezas.

Nuestro pueblo no es merecedor de esta afrenta, empecemos por tomar la calle con nuestro programa de lucha. El 25 de mayo en la 9 de Julio es la próxima cita.

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