
Por Hugo Elías |
La actualidad del gobierno está atravesada por ejes bien diferenciados e igualmente importantes. Por un lado, la lucha contra la inflación y el necesario aumento de los salarios de los trabajadores y por el otro la puesta en caja de una economía díscola que se bate entre les exigencias del FMI, la ausencia de dólares al disminuir drásticamente las exportaciones por la sequía con el prometido alivio de los yuanes chinos para apaciguar las urgencias monetarias que nuestra economía tiene para su funcionamiento.
Al mismo tiempo estamos en un proceso electoral de definiciones y no está clara la actitud que tomará el Frente de Todos. Elecciones presidenciales y urgencias económicas tanto en las exigencias fondomonetaristas como una necesaria y urgente recomposición salarial marcan la agenda gubernamental.
Completa el panorama la permanente espada antidemocrática del accionar judicial encabezado por la Mafiosa Corte de Justicia que interfiere desembozadamente en el proceso político.
A veces se descorre el velo de la enorme mentira mediático judicial. La falsa ruta del dinero K fue declarada inexistente por el fiscal Marijuan que la denunció. El mismo de campera naranja que excavaba en la Patagonia con excavadoras gigantes buscando los tesoros robados por los Kirchner confesó públicamente la gran mentira, ganándose los insultos de Lanata, Carrió y cuanto mercachifle de los medios que vivieron de esa mentira.
Necesidades urgentes en la economía, renegociación permanente con el FMI, propuesta electoral en el marco de la proscripción a Cristina, la máquina mediático/empresarial/judicial que interfiere políticamente al servicio de los grandes empresarios nacionales y extranjeros que producen inflación y fuga de capitales.
A esa rápida descripción de los desafíos que enfrenta el gobierno se le suma la pronta realización de elecciones para renovar el gobierno nacional y las gobernaciones de las provincias. Estas últimas ya comenzaron y fueron beneficiosas para el peronismo mas allá de la injerencia de la corte suspendiendo la elección a gobernador en Tucumán y San Juan. Suponemos que las elecciones provinciales no serán sorpresa habida cuenta que Buenos Aires, casi el 40% de la población del país, renueva el gobernador Kiciloff, sólo Santa Fe podría ser sorpresa mientras Córdoba seguiría en manos de la oposición macrista sea Juez o Llaryora, el delfín de Schiaretti.
Pero este panorama inevitablemente resumido, probablemente desmentido por la realidad de los votos, no abarca ni le escapa a una realidad que atraviesa el país, en las elecciones nacionales se elige el gobierno que deberá mejorar el accionar del actual gobierno y de la situación de las grandes sectores populares, hoy cascoteados por la suba de precios sin parar y los salarios atrasados e insuficientes. Los sueldos de la enorme mayoría de los trabajadores pierden mes a mes frente a la suba de precios de la canasta familiar mas allá de las paritarias y los acuerdos sectoriales.
Hay, según todas las encuestas, acostumbradas a errar sin pedir perdón, tres propuestas nacionales a la presidencia de la nación con posibilidades de ganar: el Frente de Todos o Peronismo y aliados, Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza del histriónico Milei. Esas serían las principales a las que hay que agregarles el Frente de Izquierda.
La propuesta de Milei es la archiconocida receta liberal ya sufrida por los argentinos en la dictadura militar con su ministro Martínez de Hoz en economía impuesta a sangre y fuego literalmente hablando. Continuada durante el Menemismo y la alianza de De la Rúa con Cavallo como Ministro de Economía con la convertibilidad, los bolsillos secos, el robo de los depósitos de ahorro legalizado y la feroz represión con 30 o mas muertos. Llegando a Duhalde presidente de salón (sin votos) y terminando como había empezado, con el asesinato policial de Kostecki y Santillán. Todo esto modernizado con la actuación permanente de la antipolítica es Milei, proyecto liberal antipopular, miseria, desocupación masiva y represión brutal.
Según los dichos de Carrió es lo que propone Mauricio Macri y por eso elige a Rodríguez Larreta. Desde acá decimos que Macri es coherente, o acaso en su gobierno no hubo desocupación masiva, aumentos nunca vistos en los servicios, una pobreza inesperada desde el 2015, la represión a la respuesta popular, la persecución, encarcelamiento y acoso judicial nunca visto en democracia a la oposición peronista. Desde la persecución a la ex Presidenta Cristina Kirchner, al vicepresidente Amado Boudu y tantos funcionarios, dirigentes y militantes que fueron encarcelados, perseguidos y acosados por espías y la runfla de jueces mafiosos del macrismo con la mínima corte hoy juzgada pero aún intacta. Todo para potenciar el robo la de las arcas públicas que luego fueron empeñadas por años con el crédito de 42000 millones de dólares con el FMI. Ello lamentablemente coronado en los asesinatos en el sur de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel cerca de la guarida de Lago Escondido donde se reúnen la mafia judicial con sus patrones mediáticos de Clarín.
Macri fue y es eso, su gobierno incluida Carrió, no cambia, reafirma su liberalismo represivo junto a Bullrich y también a Milei.
¿Será diferente acaso un gobierno de Juntos por el Cambio al anterior, cuando sus candidatos coinciden en el liberalismo, en el achicamiento del estado, en congelar jubilaciones, en privatizar riquezas naturales y empresas estatales exitosas y que esconden la represión que aman cuando un pobre los enfrenta?
El Frente de Todos es la salida popular ante esta horrible tragedia posible de una ultraderecha en el gobierno, sus dirigentes tienen la responsabilidad.

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