
Por Hugo Elías |
Con esta frase, dirigida al principal dueño del grupo Clarín Héctor Magnetto, Cristina definió la contradicción principal de la democracia argentina.
Identificó al enemigo, poderoso entre los poderosos, comprador de jueces, aliado permanente de los grandes industriales y financistas, orientador jefe del “Estado paralelo y de la Mafia judicial”. Definiciones precisas de nuestra situación política angustiante para millones de argentinos sean peronistas o antiperonistas. Estos tipos nos llevan puestos a todos, la impunidad que gozan la usan para el beneficio de la casta oligárquica a la que pertenecen, son super ladrones, usan el estado para la ventaja y lo critican cuando hay ayuda social a los pobres. Son los angurrientos de poder, no trepidan en coimear, difamar, desafiar las instituciones democráticas, hacen operaciones mafiosas a través de sus medios comunicacionales para borrar del mapa al que les estorba.
Todo salió a la luz con los chat del paseo a Lago Escondido, pero no es novedad, ejemplos como Lanata pidiendo que les digan a los hijos del juez Freiler que su padre es un hijo de puta, o que lo acusen a Aníbal Fernández de conducir una banda narco que asesinó a tres cómplices, o encontrar muerto en Pinamar a José Luis Cabezas porque le sacó una foto al poderoso empresario Yabrán, y tantos ejemplos del poder de esta mafia que no trepida en matar o mandar a matar como este último 1 de Setiembre lo hicieron con Cristina.
Pero lo novedoso de este viaje de jueces, fiscales, un ministro de CABA, un ex SIDE y un experto en redes que son recibidos por altos funcionarios de Clarín, reside que vemos las fotos, escuchamos sus voces y reconocemos sus nombres. La mafia hace un culto del anonimato por eso se desesperan estas Señorías y todo gira alrededor de cómo ocultar sus presencias. Estado paralelo, mafia judicial, democracia en la cornisa.
Cristina condenada toma el guante y enfrenta al enemigo, lo muestra, lo expone, ya no tiene sombras que lo ocultan, es un traidor a la democracia junto a sus amanuenses judiciales, empresarios y políticos de Juntos por el Cambio.
Respuesta popular organizada, unificar con acción política al peronismo, a las organizaciones sociales, a los componentes del Frente de Todos, a los sindicatos y a sus bases, a las diversidades, a los estudiantes, a las barriadas. Todos deben tener lugar de lucha por la defensa de la democracia atacada por los enemigos de siempre y hoy desnudos.
Todos los conocemos, nadie se distraiga y crea en falsos diálogos, llegó la hora de defendernos sin descanso. Los funcionarios, empezando por el Presidente y sus ministros, tienen el deber de la claridad necesaria para marcarle la cancha a estos poderosos que buscan la desaparición de las fuerzas populares, de sus justos reclamos del rápido alejamiento de la pobreza.
Hay que enfrentar estas mafias, no hay lugar para la duda, de la misma forma que hay que resolver la dependencia con el FMI y los aprietes de la intromisión imperial de los EEUU. La Soberanía es un mandato actual no una declamación de barricada, así como la justicia social y el libre ejercicio de la lucha democrática en defensa de la vida digna que nos merecemos.
El mensaje de Cristina es claro, la lucha organizada, compacta detrás de los objetivos postergados. Terminar con la mafia y el estado paralelo no será fácil, pero hoy todos sabemos donde están y que se proponen. No hay lugar para la duda, ni para la tibieza, están dispuestos a todo, a la feroz represión y al crimen. Sabemos de resistencia popular, de lucha contra estas bandas históricas en su petardismo antidemocrático, la conciencia histórica no se borra, recuperarla es el camino.
Poner el cuero, nunca mascota, la dirección política popular con su acostumbrada valentía lo grita y lo asume.
La tarea es difícil, con los dientes apretados, con la alegría de los compañeros, hay ejemplo, que nadie se distraiga.
Hoy, ahora, somos todos candidatos.

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