21 septiembre, 2023

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La ruptura del pacto democrático

La ruptura del pacto democrático

Por Hugo Elías | 

El 1 de setiembre de 2023 fue la culminación de una monstruosa operación política para destruir el consenso democrático en la Argentina. Quisieron matar a Cristina, pero la bala no salió, el terror popular ante la posibilidad de la muerte de la principal líder política se expresó inmediatamente en las calles hasta que con el correr del tiempo el odio ganaba la batalla.

El poder judicial se empeñó, y se empeña, en la no investigación, en el ocultamiento de las ramificaciones políticas y de apoyo económico de los autores materiales del intento de asesinato. La jueza Capuccetti y el fiscal Rívolo se han empeñado en demostrar que el ataque fue obra de un grupo de antisociales sin ningún contacto con la realidad política, uno locos sueltos buscadores de la eternidad pública. La destrucción de los celulares del criminal casi asesino Sabag Montiel casi al tiempo de detenerlo invadió toda la causa hacia toda la gran mentira de unos locos aislados.

La mentira está harto demostrada por la paciente investigación de los abogados de Cristina y por la investigación del Juez Martínez de Giorgi donde aparece el financiamiento de la familia macrista Caputo al grupo Revolución Federal y la participación del diputado Millman del PRO acreditada por sus declaraciones, ahora desmentidas, con el conocimiento del atentado a la vicepresidenta. Todo está documentado nada está investigado, el poder judicial es cómplice, el PRO es cómplice, los Caputo son cómplices, Revolución Federal son cómplices, los que quisieron asesinar a Cristina y hoy están presos no estaban solos.

La real gravedad del hecho reside en que fue buscado por un sector poderoso encabezado por los medios de comunicación líderes de audiencia, por la política de Juntos por el Cambio y el arma judicial de Comodoro Py.

La operación que desemboca en el atentado a Cristina comienza desde el mismo momento cuando comienzan las denuncias de enriquecimiento, fraudes, de corrupción hacia los funcionarios peronistas del gobierno de Cristina apenas asumió Mauricio Macri como presidente.

La meta fue destruir al peronismo con el poder judicial, el poder político con el gobierno macrista, las investigaciones con espionajes y falsas acusaciones y con cárcel para los funcionarios del gobierno de Cristina. Junto con el desopilante robo de las finanzas públicas ese fue el objetivo principal del gobierno de Macri.

Con la llegada al gobierno del Frente de Todos la embestida no cesó, incluso el discurso antiperonista viró desde la falsa denuncia de corrupción a las demostraciones de odio y violencia callejera que inauguraron las marchas contra el cuidado en la pandemia. La negativa a cumplir el aislamiento obligatorio durante la pandemia fue acompañada por manifestaciones agresivas, aunque pequeñas, mientras la enorme mayoría de los argentinos acataba las recomendaciones del gobierno.

Los discursos políticos de la oposición crecieron en el uso del odio agrandados exponencialmente por los “periodistas” que tienen un enfermizo odio al peronismo y a Cristina.

El juicio de “vialidad” fue el colmo de la desvergüenza de los esperpentos judiciales, ni una prueba, pero la proscribieron a Cristina. El objetivo es, lo dicen a viva voz, hacer desaparecer el peronismo al que le llaman kirchnerismo para confundir a algún distraído.

El magnicidio frustrado no amilanó a los promotores del odio, sí se preocuparon de empantanar cualquier pretensión de investigar al punto que se borraron en las oficinas de Bullrich los celulares de Millman y sus secretarias que fueron las que escucharon del diputado “cuando la maten voy estar camino a la costa”.

Este 25 de mayo Cristina llenó la plaza de Mayo bajo una lluvia torrencial, esa multitud faltó para repudiar el atentado, por qué. Porque hay temor al fracaso por parte de la dirigencia, están detrás de la corrección política que la democracia liberal y magnicida de la oposición les plantea, no creen en la potencia popular, en la tangente disruptiva que siempre optó nuestro pueblo. O acaso no tenemos el ejemplo de las Madres y las Abuelas que nunca fueron para atrás aún en las peores circunstancias donde los militares asesinos mataron a sus compañeras.

Lo que tenemos enfrente, esta ultraderecha desatada y encubridora del magnicidio, es una bisagra histórica para las fuerzas populares, están dispuestos a lo peor para dominar al pueblo. Buscan el enriquecimiento de los poderosos, aunque se multipliquen los pobres por millones, no es análisis, lo dicen, aunque con disfraces. Se acaban las paritarias, las jubilaciones se congelan, los servicios se ponen sin descuentos para las familias, la educación y la salud se privatiza, los servicios no se subsidian, etc., Lo que se quiera saber de un plan que ya vimos los mas veteranos con Menem, Cavallo y antes la dictadura con Martínez de Hoz.

Todo esto no se puede hacer en una democracia donde las organizaciones populares puedan expresar su protesta y organizar su descontento.

La democracia que quieren Milei y Bullrich es una a la medida que permita el saqueo sin que el pueblo proteste a resista, eso es represión, no es una democracia superadora como los argentinos queremos, es la regresión a las muertes durante De la Rúa y Cavallo, al espionaje represivo y al juzgamiento represivo del Macrismo. Por eso el uso de los violentos, por eso el fogoneo que termina en el intento del magnicidio de la “Jefa”.

Hay desarmar la lucha popular, matando a su lideresa y reprimiendo la lucha política y reivindicativa, ese es objetivo. Para eso quieren gobernar, está clarito. Los podemos derrotar y ese es nuestro destino.

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